Artista visual, fundadora de Nube Lab e investigadora chilena. Explora procesos creativos, materiales blandos y arte público en relación con la naturaleza y lo comunitario. Su práctica vincula arte, medioambiente y educación, generando experiencias sensibles que cultivan una comprensión profunda y relacional de la vida.

23ª Bienal de Sídney (2022)

Mi participación en la 23ª Bienal de Sídney se articuló en torno a dos instalaciones: Kamanchaka y La Caverna. Ambas nacieron de un proceso largo de observación y colaboración en torno al suelo, el agua y los ciclos vitales invisibles.

En Kamanchaka, instalada en el espacio The Cutaway, trabajé con materiales que remiten al agua invisible del aire , esa que se condensa en las neblinas del borde costero del desierto de Atacama y al suelo vivo que construyen las lombrices con su tránsito silencioso. Inspirada por los atrapanieblas y la arquitectura subterránea natural, la obra combinó una red textil recolectora de humedad, una cuelga de lombrices cerámicas y un estanque de cerámica negra construido con vasijas que se derriten. Esta última pieza es, para mí, una paradoja contenida: una forma que se vacía mientras contiene, como si una estructura sin principio ni fin.

Pensar desde la cerámica me permitió unir lo interno con lo externo, lo corporal con lo ambiental, lo arcaico con lo urgente de la crisis hídrica actual. Como propuse en el taller A Simple Form en The Waterhouse —espacio educativo de la bienal—, trabajar con arcilla es también trabajar con la memoria de los gestos mínimos y la intuición de los dedos. Invité a los participantes a hacer lombrices a partir del gesto más básico de la alfarería: el lulo. Esa forma simple fue el punto de partida para construir colectivamente un sistema simbiótico de cooperación.

La Caverna, por su parte, fue presentada en el Museum of Contemporary Art (MCA). Ahí me interesaba abordar el suelo como archivo y el humus como un medio donde la vida se transforma. A partir de un rito experimental inspirado en los fardos funerarios Paracá, planté cerezos en macetas textiles que luego fotografié, invertí y enterré. Las imágenes resultantes, impresas y montadas como constelaciones, parecían capturar universos ocultos bajo la tierra. Completé la instalación con anotaciones ampliadas de mis cuadernos —pensamientos, bocetos, preguntas— que funcionaban como un tejido entre palabra e imagen, entre lo conceptual y lo orgánico. El video “Humus” cerraba el espacio, mostrando procesos de transformación entre materia, arte y naturaleza.

Ambos proyectos se sitúan en una zona difusa entre lo visible y lo invisible, lo material y lo simbólico. Para mí, la bienal fue una oportunidad de compartir esa forma de trabajo que parte de lo sensible, de lo mínimo, de lo aparentemente frágil, para proponer otras formas de habitar el mundo.

Finalmente fui invitada a aportar con una entrada al Glossary of Water, publicación colectiva de la bienal, definiendo el concepto Kamanchaka desde mi experiencia artística. Me interesaba pensar esa niebla no como metáfora de la confusión, sino como una manera de evidenciar lo que está ahí, aunque no podamos verlo a simple vista.

Kamanchaka y La Caverna

The Cutaway y Museum of Contemporary Art (MCA), Sídney, Australia (12 de marzo – 13 de junio, 2022)

Curaduría: José Roca (Curador general), Curatorium de la 23ª Bienal de Sídney – rīvus

Arcilla, textil, cerámica negra, agua, pigmentos, plantas, fotografía, video, anotaciones sobre papel mural.

Instalaciones de sitio específico

Dimensiones variables

Participación adicional: Taller A Simple Form en The Waterhouse (Building Blocks series); texto para A Glossary of Water con la palabra Kamanchaka.