¿Qué es para ti una decisión? (2020)
¿Qué es para ti una decisión? Fue una residencia artística que desarrollé en La Ligua entre 2020 y 2021, en el marco de un convenio entre la UC, el CIIR y los Cecrea. Nació de una inquietud profunda: cómo pensamos nuestras decisiones, cómo las vivimos, y qué forma podrían tener si las dibujáramos. En ese momento, Chile atravesaba el proceso de redacción de una nueva Constitución, y sentí que detenernos a observar cómo decidimos podía ser una forma modesta pero significativa de incidir en ese contexto.
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Lo que propusimos fue sencillo: salir a caminar por La Ligua, conversar con sus habitantes —personas mayores, niñ@s, jóvenes, trabajadores, dirigentes de barrio— y pedirles que dibujaran sus decisiones. Para eso, construimos dos dispositivos: una mesa-pizarra portátil y un juego con fichas de cerámica en forma de “Y”, inspiradas en las bifurcaciones de los árboles y raíces. La idea era que el dibujo, el juego y la conversación se transformaran en formas válidas de pensamiento, más allá de la lógica racional o argumentativa.
En esos dibujos aparecieron historias personales, dilemas cotidianos, intuiciones y arrepentimientos. Algunos no sabían si habían tomado decisiones importantes en su vida; otr@s decían que todas lo eran. Una niña dibujó su decisión de hacer karate y cómo eso influyó en su amiga. Un vendedor relató cómo dejó Marruecos por amor. Una madre identificó en su dibujo la ruptura de un patrón familiar autoritario al decidir que en su familia se conversaban las decisiones entre tod@s.
Después de cada encuentro, escaneamos los dibujos y los imprimimos en papel de algodón para devolverlos a sus autores. Para muchos, ver ese objeto fue conmovedor: algo que parecía una conversación informal se convertía en un registro tangible de sus elecciones. Varias personas quisieron enmarcar su dibujo o compartirlo con su familia. En paralelo, organizamos encuentros virtuales y talleres presenciales en el Cecrea y el Museo de La Ligua, donde se activaron ambos dispositivos en sesiones grupales intergeneracionales.
Este proyecto no tuvo un formato expositivo tradicional. Fue más bien una forma de residir: de estar en un lugar, escuchar, trazar, devolver. Para mí, fue también una forma de ampliar las herramientas del arte hacia la construcción de espacios de diálogo. Validar formas de pensamiento que no se miden con métricas, sino con afecto, memoria, sensibilidad.
Hoy, cuando las decisiones muchas veces se externalizan —en algoritmos, encuestas o indicadores—, sigo pensando en la potencia política y poética de preguntarle a alguien: ¿qué es para ti una decisión? Y sobre todo, en hacerlo dibujando, jugando, dejándonos afectar por las respuestas y sus formas.
