En la Carpa de la Medusa (2024)
En la Carpa de la Medusa surgió a partir de mi interés por el mar, el buceo y los paisajes submarinos, especialmente los bosques de algas del litoral chileno. Estas imágenes comenzaron a instalarse en mi práctica artística como intuiciones visuales y materiales: formas blandas, flotantes, que poco a poco fueron llevándome a la figura de la medusa. Investigar sobre estos organismos me abrió al cruce entre arte y ciencias del mar, y despertó preguntas sobre resiliencia, adaptación y coexistencia: ¿qué podemos aprender de las medusas, seres que habitan los océanos desde hace más de 600 millones de años?
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El proyecto tomó cuerpo entre 2021 y 2024 a través de un proceso colectivo de trabajo. Junto a arquitectos, investigadoras, artesanas, biólogas y comunidades locales, fuimos dando forma a una estructura efímera: una carpa liviana, diseñada para instalarse en playas como espacio de encuentro, aprendizaje y exploración. Parte del proceso incluyó experimentos previos con biólogos marinos, como el hundimiento de piezas de arcilla en las aguas profundas frente a Las Cruces, a modo de arrecifes experimentales para peces. Estas acciones nos permitieron explorar materialmente las relaciones entre arte y medio ambiente antes de aterrizar el formato definitivo de la carpa.
La primera activación tuvo lugar el 20 de diciembre de 2024 en Playa Chica de Las Cruces. Durante meses previos, realizamos talleres comunitarios con mariscadoras, artesanas y vecinas, quienes luego co-diseñaron la programación: conversatorios, talleres de observación microscópica, dibujo especulativo, muestras de artesanía y una videoproyección nocturna que transformó la playa en un cine al aire libre. Ese día, la carpa operó como un aula abierta, tejiendo aprendizajes desde el territorio y generando una experiencia colectiva.
En los meses posteriores, junto al equipo de Nube Lab y la Estación Costera de Investigaciones Marinas (ECIM UC), llevamos esos aprendizajes a las escuelas locales a través de talleres educativos que propusieron pensar, crear y experimentar desde el universo de la medusa. Además, los materiales quedaron disponibles en formato abierto, para ser utilizados por otras comunidades.
Hoy, La Carpa de la Medusa sigue disponible para recorrer otros territorios. Entiendo este proyecto no solo como una obra, sino como una plataforma adaptable para imaginar futuros más sustentables y sensibles, explorando desde el cruce entre arte, ciencia y comunidad nuevas formas de habitar el borde costero.
